LANZANDOME A UNA FAJA

LANZANDOME A UNA FAJA

Acabo de salir de un embarazo de mellizos y como todas, las vanidosas como yo, después del embarazo me toco comprar una faja! Resulta que cuando uno termina el embarazo, muchas ya lo sabrán, uno queda con la barriguita como después de un tsunami. Lo que se demoro estirando 9 meses se deshincha en 2 meses máximo y por supuesto la piel queda sobrando (y bastantica después de mellizos) entonces llegan los mil consejos que siempre llevan una faja de por medio, según dice para que la piel vuelva a pegar, yo no se si realmente pasa pero cuando uno se ve este “mondonguito”, como lo llaman mis amigas, en la barriga no hay otro camino que coger ….

Yo muy precavida compre dos antes de terminar el embarazo, ambas suavesongas porque yo no me sentía capaz de lanzarme a un artefacto de esos con varillas y empaquetarme de esa manera.

Llego el momento en que me la tenia que poner! Claramente en mi vida me había puesto una faja y no por falta de necesidad pero yo pues no comulgo mucho con la empaquetada al vacio. Desempaque la que mejor me recomendaron de tobillo a cabeza. Meterse en una faja es como una pelea a muerte con un animal salvaje o por lo menos para mi es un reto personal meter todo mi cuerpecito en una tela que esta hecha para una persona tres tallas menos que yo. Eso hasta instrucciones trae de como enfrentarla.

Listo, todo preparado para enfrentarme a ese animal, empieza uno como unas medias veladas (articulo también bastante incomodo, por lo menos de ponérselo), hasta ahí la cosa va bien, llega uno a los muslos con la faja enrolletada y ríase pues la subida de ahí en adelante, uno empieza a sacar todas las fuerzas que tiene para subir eso, además porque ya no hay vuelta atrás, donde la deje ahí se gangrena! Listo entonces uno ya sudando a mares de hacer fuerza sigue para arriba y supera el muslo, el muslo y uno ya esta sudando! Ahhh y en esas llega a la cadera y tiene que cuadrar bien el roto para hacer pis, eso generalmente queda torcido y nuestra entrañable amiga de abajo queda boquineta, estripadita en un hueco que no sé como los que diseñan esas vainas sostienen que ahí le cabe a uno todo y además tiene espacio para hacer pis. Eso sí ni hablar si le dan a uno ganas de hacer el numero dos porque se tiene que quitar ese animal y empezar la pelea otra vez, pero peor porque es en el baño, además obviamente después de desvestirse del todo porque la cosa esta va hasta arriba.

La entrada al baño es terrible, uno se sienta rezando que todo salga por el bendito huequito este pero, primero, el chorrito sale chiquito chiquito porque nuestra pobre amiguita de abajo esta estripada y segundo, la faja queda emparamada! Y me creerán muy cochina pero yo eso no me lo bajo para entrar al baño por nada del mundo!! Si huelo a berrinche permanentemente y lo asumo con altura!

Lo peor del cuento es que uno queda súper empaquetado y con la misma barriga, porque yo creería que si no es de esos artefactos con varillas y demás, la utilidad es poca.

En todo caso con pelea diaria en la vestida e incomodidad al entrar al baño sigo con ella por no dejar … que no me quede el remordimiento, como diría mi mamá.