viernes, 28 de septiembre de 2012

LA EXPERIENCIA EN LA BUSETA


LA EXPERIENCIA EN LA BUSETA
Para mí a montar en buseta se aprende, como a montar en bicicleta, patines, etc. Y lo considero un arte difícil.
Mi antigüedad en la buseta la verdad no es mucha, en el colegio tenia a mi mamita que me llevaba y me traía. En la adolescencia aprendí a manejar y mis amigos también entonces le escurríamos el tanque de gasolina al carro de los papas hasta que no quedara una gota, porque además uno le tenía calculada la duración a la reserva. En la universidad yo vivía cerca de donde pasaban todas y cada una de las personas en carro que pasaban por la u, entonces pues yo bajaba a la esquina y solucionado el problema: alguien me recogía; si era tan de malas de que fuera algún gallinazo maluco y me pedía el teléfono yo tenía el truco de dar el último número malo, para no quedar como la odiosa que dio el numero malo sino como la que lo dio bien pero el otro oyó mal, que mañas!!!
Cuando empecé la practica empezó Cristo a padecer, los que antes me recogían ya no pasaban a tiempo o con la ruta indicada, entonces empecé mi curso de montar en buseta. A esa edad yo llena de inseguridades, bien pinchada y corta de presupuesto tenía que montar en buseta si o si. Hoy en día lo veo como una estupidez pero en esa época era algo importante. Empecé el curso: me daba pena ponerle la mano a la buseta y que la gente me viera, entonces medio levantaba la manito y gracias a Dios los buseteros paran solo con ver a alguien en una esquina porque sino todavía estaría parada allá! Los primeros días no me caí de milagro porque uno está entregando la plática y esta vaina arranca con infundía entonces primer remesón, yo como no me sabia agarrar me iba hasta la tercera banca y me devolvía a clavarme la registradora en el estomago en la arrancada, además quédese ahí parado como idiota esperando la devuelta (en ese entonces no sabía que era mejor llevar el pasaje completico), luego con una mano llena de monedas cójase del tubo y mire donde se va a sentar y justo cuando usted de el paso este animal le mete el bajo a esta cosa y usted vuelve y rebota hasta la registradora, mientras la buseta entera lo mira y no entiende usted porque esta tan inestable.
Llegaba al trabajo y listo pero resulta que en Manizales llueve día de por medio, entonces como yo no estaba acostumbrada bien pueda que me moje ensopada dos o tres veces y compre sombrilla. Ahora haga el curso de subirse a una buseta con sombrilla, los pasos son sencillos: estire la mano, la buseta le chisguetea del charco del frente en la parada, cierre la sombrilla y simultáneamente móntese a la buseta, pague con una mano, sostenga la sombrilla con la otra, mantenga el equilibrio con los pies o recostado en la registradora, meta la devuelta en alguna parte (sino es posible bótela porque si no se mata en el pasillo de la buseta), cuélguese fuerte del tubo, después de que el animal meta el bajo, de dos o tres pasos rápidos hasta su silla, siéntese y emparámese con la sombrilla ya sea el pantalón, los zapatos o los pies. Llego su parada, vuelva y cuélguese del tubo, de dos o tres pasos rápidos hasta la puerta, tírese de la buseta, abra la sombrilla, empiece a caminar y si esta con mucha suerte el carro de atrás de la buseta no le salpicara el charco.
Bueno hoy en día ya se montar en buseta y a pesar de no ser la más experta (todavía se me complica el tema con sombrilla de por medio) lo disfruto y me parece un plan divertido. A quienes la manejan a la perfección déjenme decirles que los admiro infinitamente por tan complejo acto de coordinación diaria!

miércoles, 12 de septiembre de 2012


EL PELO DE DISTINTOS COLORES

Hace poco vi una serie donde la protagonista salía con un pelirrojo bastante biscocho, pero a ella como que le impresionaba el color del pelo y claro cuando llegaron al cuchi cuchi la vieja casi se muere porque la alfombra de abajo efectivamente también era roja.

Me acorde de esa escena porque vi un hombre pelirrojo esta semana e inmediatamente se me paso por la cabeza el tapetico de abajo (mi marido me va a matar con este post, me va a decir: tú qué haces pensando en el tapete de alguien más???) y lo incoherentes que somos las mujeres.

Todas o en nuestra mayoría, por lo menos de las cercanas a mí, nos matamos tratando de cubrir el color natural de todo nuestro pelo, el corporal debe ser mono (nada más ridículo porque ni las monas lo tienen claro), el de la cabeza de todos los colores distintos al natural, las canas de oscuro y el tapete lo queremos acabar! Pasamos por cuanta tortura exista para que este deje de salir y después de todo esto nos vamos a quejar del tapetico de otro???

Acepto que un tapete poblado YA no es de mi gusto, digo ya porque en alguna época era válido y a uno no le importaba, pero hoy en día ni el del marido! El propio es como desaseo, si eso da más de una vuelta ya es de demanda de divorcio, pero envidio con alma, vida y corazon a las Italianas: peludas por todas partes como somos TODAS!

Que hay una que otra lampiña sí, pero la mayoría somos peludas y que dicha fuera andar con nuestro pelo al aire, piernipeluda, bigotuda, alzar el brazo y que el pelo vuele en el viento y por ultimo en vestido de baño con copete Alf!!! Yo me sentiría tan feliz si la sociedad no me lo tuviera tan prohibido!